Según un estudio realizado por la Universidad de California, en Estados Unidos y publicado en la revista Science Translational Medicine, se ha descubierto un fármaco experimental que es capaz de hacer que las células cancerosas resistente se autodestruyan sin dañar a las células sanas. Se conoce que los cánceres agresivos dependen de la respuesta al estrés celular y esta molécula, denominada ISRIB (inhibidor de respuesta al estrés integrado) actúa sobre el mismo. El fármaco ha ofrecido resultados positivos en ratones, que han recuperado la memoria tras una lesión cerebral. Los científicos explican que, al igual que en estas lesiones, su uso podría ser prometedor en el cáncer de próstata.
Con esta investigacion se abre una nueva y posible vía de tratamiento para el cáncer de próstata avanzado y resistente a los tratamientos. Esto se debe a que los científicos observaron que casi en el cincuenta por ciento de los cánceres de prostata resistente se tienen mutaciones genéticas como por ejemplo la sobreexpresión del gen MYC, que causa el cáncer, y la desactivación del gen supresor tumoral PTEN. Esta combinación de mutaciones permite que el cáncer sea altamente agresivo.
Según señalan los investigadores, el fármaco consigue exponer a las células cancerosas agresivas con mutaciones en MYC y PTEN a su impulso de la síntesis de proteínas y consigue que se autodestruyan sin dañar, como hemos señalado anteriormente, a las células sanas de los modelos animales.
Finalmente los científicos se muestran esperanzados y esperan que el descubrimiento contribuya a la elaboración a ensayos clínicos que arrojen luz sobre nuevas terapias del cáncer de próstata agresivo y resistente a tratamientos.
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Equipo ICUA