Consiste en la pérdida involuntaria de orina que produce un problema higiénico o social. Puede provocar una gran afectación de la calidad de vida de quien la padece.

Entre el 5 y el 45% de las mujeres padecen incontinencia a lo largo de su vida. También pueden verse afectados entre el 1 y el 39% de los varones. Su frecuencia aumenta con la edad y aproximadamente la mitad de las personas afectadas lo oculta.

Puede producir un impacto psicológico importante, trastornos del sueño, tiene un efecto negativo en la autoestima y en la autonomía, aumentando el riesgo de aislamiento social, depresión y disfunción sexual.

Los factores de riesgo para padecer incontinencia son múltiples, como los embarazos, los partos vaginales, los partos complicados, la obesidad, la menopausia, la edad, las demencias, las enfermedades neurológicas, el crecimiento prostático, la cirugía pélvica.

Existen dos mecanismos fundamentales de incontinencia:

  • La incontinencia de esfuerzo (por debilidad del esfínter urinario) que típicamente se manifiesta por la pérdida de orina con la tos y los esfuerzos físicos.
  • La incontinencia de urgencia (por contracciones involuntarias e inadecuadas de la vejiga), que se caracteriza por una aparición repentina e inminente del deseo de orinar y la pérdida de orina en ese momento o inmediatamente después. Estas contracciones inadecuadas pueden ser causadas por causas neurológicas (esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, diabetes, etc.) o no neurológicas.

También es posible que se presenten juntas (incontinencia mixta) o por otros mecanismos (incontinencia por rebosamiento, o incontinencia transitoria, por ejemplo al padecer una cistitis)

Es importante llegar a un diagnóstico correcto del mecanismo de la incontinencia para poder abordar su tratamiento. Para ello se suele realizar un examen físico, y una serie de pruebas complementarias.

El tratamiento puede realizarse mediante cambios en el estilo de vida, rehabilitación mediante fisioterapia pélvica, fármacos, técnicas de neuromodulación o intervenciones quirúrgicas.

Recientemente se han producido avances importantes en el tratamiento quirúrgico de la incontinencia urinaria. Antes, las intervenciones que se realizaban eran agresivas (cirugía abierta), con malos resultados. Hoy, realizamos intervenciones mínimamente invasivas con buenos resultados.

Hoy en día, todos los pacientes con incontinencia pueden mejorar y la mayoría pueden llegar a curarse.

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