No hay una única opción de tratamiento de la incontinencia urinaria. Las medidas de autocuidado pueden suponer un cambio sustancial para el paciente y consisten en cambios en el estilo de vida (evitar tomar café, té, cítricos, alcohol), entrenamiento vesical (aguantar las ganas de orinar) y ejercicios de los músculos del suelo pélvico (siempre mejor aprender a realizarlos con un especialista especializado en suelo pélvico). Solo cuando no funcionen las medidas de autocuidado será necesario pasar a la medicación y como último recurso a la cirugía.
Tratamiento farmacológico de la incontinencia urinaria.
El tratamiento farmacológico dependerá de la gravedad de la incontinencia y del tipo. El especialista determinará cuál es la mejor opción.
Los principales medicamentos para tratar la incontinencia urinaria son los antagonistas receptores muscarínicos, mirabregon, estrógenos, desmopresina y duloxetina.
- Antagonistas de los receptores muscarínicos:
Son fármacos que se emplean habitualmente para tratar la incontinencia urinaria debida a hiperactividad vesical. Ayudan a relajar pared del músculo de la vejiga mediante el bloqueo de los impulsos nerviosos que hacen que la vejiga se contraiga de forma involuntaria y se vacíe. Con esta relajación se consigue que la vejiga aumente su capacidad de almacenamiento de orina. Este tipo de fármacos también pueden ser utilizados para disminuir la frecuencia miccional durante la noche (nicturia).
- Mirabegron
Este fármaco es un agonista beta-3 y relaja el musculo de la pared vesical por un mecanismo diferente a los antagonistas de los receptores muscarínicos y ayuda a aumentar la capacidad de la vejiga y así facilitar una mayor retención de la orina.
- Estrógenos:
Los estrógenos mejoran el flujo sanguíneo y la función nerviosa. También ayudan a mantener el trofismo y la flexibilidad de los tejidos de la uretra y la vagina. Estas hormonas juegan un papel importante en la continencia urinaria. El tratamiento con estrógenos está indicado en mujeres que tienen pérdidas de orina y que han pasado la menopausia. Puede administrarse en forma de crema, píldoras, anillo vaginal o incluso un pesario. Este tratamiento puede indicarse en combinación con otros fármacos.
- Desmopresina:
Es un fármaco que limita la cantidad de orina que produce el riñón. Esta indicado especialmente para tratar la incontinencia urinaria durante la noche. Su efecto dura cuatro horas por lo que el paciente lo toma justo antes de dormir. Es un tratamiento que no se recomienda a largo plazo puesto que mejora los síntomas, pero no los cura. Además, genera puede ocasionar efectos secundarios debido como a la retención de líquidos y la alteración de los niveles de sodio en el organismo.
- Duloxetina
Es un fármaco que aumenta el tono muscular del esfínter y reduce las señales nerviosas que provocan las pérdidas de orina. Se recomienda en casos de incontinencia moderada o severa y se puede tomar solo de manera temporal debido a que puede también producir efectos secundarios como náuseas y vómitos, que pueden limitar su tolerancia.
Cuando el tratamiento con fármacos no funciona, el medico puede recomendar tanto al hombre como a la mujer la cirugía de incontinencia.
Cirugía de la incontinencia urinaria en la mujer
Las opciones para la incontinencia urinaria de esfuerzo que el especialista puede recomendar son diversas, pero siempre se tendrán en cuenta factores como la edad, gravedad de la enfermedad, nivel de afectación en la calidad de vida de la paciente y finalmente, estado en general de salud.
Las opciones son:
1.-Mallas o cintillas
Las mallas o cintillas constituyen el tratamiento más habitual de la incontinencia urinaria de esfuerzo. Soportan los músculos del suelo pélvico y ayudan a la uretra a resistir la presión de la vejiga llena. Pueden ser sintéticas o de material natural como un injerto del propio paciente o fabricadas a partir de tejido de un animal y se anclan de tal forma que queden bajo la uretra y de esta forma la sujetan, a modo de cabestrillo.
Habitualmente el procedimiento se hace con anestesia local pero eso dependerá de las circunstancias de cada paciente.
Para poder poner la malla, el especialista realiza una incisión en la pared anterior de la vagina y se colocan los extremos de la cinta en cada lado, sujetando la uretra por debajo de la uretra con forma de hamaca. Se aplica la tensión justa y los extremos de la cinta se fijan al tejido circundante.
2.- Colposuspensión Burch
Es una cirugía indicada para la incontinencia urinaria de esfuerzo o mixta. Su objetivo es recolocar el cuello de la vejiga para que aguante mejor su llenado.
Es una intervención que requiere de anestesia general o raquídea. Se fija la parte superior de la vagina a un ligamento posterior del hueso púbico. De esta forma el cuello de la vejiga se eleva y se disminuyen las pérdidas de orina. Es una intervención que puede realizarse con cirugía abierta o bien con mínimamente invasiva (laparoscopia o robótica). La recuperación tras la colposuspensión puede durar hasta seis semanas.
3.- Agentes ocupantes de espacio:
Es un tratamiento indicado para la incontinencia urinaria de esfuerzo y consiste en inyectar sustancias en la pared uretral que ayudan a la compresión de la uretra y con ello puede resistir la presión de la vejiga llena. Las inyecciones pueden ser de material sintético o colágeno de origen animal, que se inyecta en forma líquida y se va endureciendo con el tiempo.
Es un procedimiento que se realiza con anestesia local. Por vía endoscópica, el especialista orienta la aguja hacia la pared uretral y se hace la infiltración a ambos lados de la uretra.
4.- Esfínter urinario artificial
Es un tratamiento para la incontinencia urinaria de esfuerzo moderada o severa. Formado por un manguito con varios cojinetes hinchables que se coloca rodeando la uretra, y una bomba que controla el llenado del manguito, así como un depósito de suero salino. Este dispositivo permite al paciente controlar las pérdidas en actividades como toser, correr o reír.
Mediante la bomba el paciente controla el llenado del manguito que está situado alrededor de la uretra. De esta forma el paciente descomprime ese manguito cuando desea orinar y éste se llena de nuevo, comprimiendo otra vez la uretra para evitar las pérdidas, brevemente tras terminar la micción.
Es una técnica que se realiza con anestesia general. Para llevarla a cabo el especialista realiza una incisión en el abdomen y coloca el manguito alrededor de la uretra. Después de coloca el depósito y la bomba se coloca dentro de los labios genitales. Se conecta todo el dispositivo salvo el manguito, que es conectado por el doctor semanas más tarde.
Las semanas posteriores de la cirugía la paciente puede seguir experimentando pérdidas de orina hasta que el dispositivo sea activado del todo. El paciente no llevará una vida “normal” hasta cuatro a seis semanas más tarde, pudiendo experimentar molestias al orinar o en el área pélvica que van cediendo poco a poco.
Cirugía de la incontinencia urinaria en el hombre
Tal y como ocurre en la incontinencia urinaria femenina, el tratamiento quirúrgico escogido por el especialista dependerá de la gravedad de las perdidas del paciente y de la afectación que éstas supongan en su calidad de vida.
1.-Malla o cintilla: Las mallas ayudan a la uretra a soportar la presión creada por la vejiga llena. Además, soportan el peso de los músculos pélvicos. Existen varios tipos de mallas, de dos brazos, cuatro brazos y ajustables y como en el caso de la mujer, puede ser de material sintético o natural. Estas mallas también están indicadas en el hombre tras una prostatectomía en caso de que sea necesario.
Bajo anestesia local o general, el especialista realiza una pequeña incisión en el periné para colocar la malla.
En los casos de las mallas de dos brazos se fijan los brazos en la membrana obturatriz y pasa por debajo de la uretra, como si de una hamaca se tratase, mejorando la continencia urinaria.
En las de cuatro brazos, dos extremos se colocan en el tejido que hay alrededor del hueso púbico y los otros dos brazos sobrantes se enganchan o fijan a la ingle.
Finalmente, en las ajustables, el especialista realiza dos pequeñas incisiones en la parte baja del abdomen por donde introduce un dispositivo de ajuste.
2.- Balones de compresión artificial: Este tipo de cirugía se recomienda cuando otras alternativas o tratamientos han fallado. Se recomienda para la incontinencia urinaria de esfuerzo.
Con una incisión en el periné y ayudado por una prueba de imagen, el doctor introduce un primer balón en un lado de la uretra y bajo la próstata. A continuación, se coloca un segundo balón en el otro lado y también bajo la próstata. En el caso de que el paciente haya sido sometido a una prostatectomía radical (extirpación de la próstata), los balones serán colocados bajo el cuello vesical. Tras colocar los balones se coloca un dispositivo de titanio que conecta los balones con el escroto y que permite su inflado por el paciente.
3.- Esfínter urinario artificial: Es un tratamiento para la incontinencia urinaria de esfuerzo moderada o severa. Formado por un manguito hinchable que va alrededor de la uretra, una bomba que controla ese manguito y un depósito de suero salino. Esta técnica permite al paciente controlar las pérdidas en actividades como toser, correr o reír.
Mediante una bomba el paciente controla el manguito que está situado alrededor de la uretra. De esta forma el paciente comprime y descomprime ese manguito y controla la vejiga. El sistema es exactamente igual que en la mujer, la diferencia es que la bomba no se coloca en los labios genitales, sino que ubica en el escroto.
La primera incisión se realiza en el periné. Por esta abertura se coloca el manguito hinchable alrededor de la uretra. A continuación, con una incisión en el abdomen se coloca el depósito y se conecta al manguito. El proceso finaliza con la colocación de la bomba de control en el escroto del paciente, que puede controlar este dispositivo según sus necesidades.
4.- Inyecciones de agentes ocupantes de espacio
Es un tratamiento indicado para la incontinencia urinaria de esfuerzo y consiste en inyectar sustancias en la pared uretral que ayudan a mejorar el hermetismo del esfínter de la uretra y con ello puede resistir la presión de la vejiga llena. Las inyecciones pueden ser de material sintético o colágeno de origen animal, que se pone en forma líquida y se va endureciendo con el tiempo.
Es un procedimiento que se realiza con anestesia local. Vía endoscópica el especialista va orientando la aguja hasta la pared uretral e infiltra ambos lados de la uretra.