Un estudio retrospectivo, realizado entre varios centros como el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, de Nueva York, ha analizado los datos retrospectivos de pacientes con cáncer de próstata tratados con terapia de privación de andrógenos. Para realizarlo se analizaron los niveles totales de testosterona a primera hora de la mañana desde el comienzo del estudio y de forma periódica hasta el final de la terapia de privación de andrógenos. También se analizaron variables como la edad del paciente y la presencia de diabetes o apnea del sueño como posibles predictores para la recuperación de los niveles de testosterona.
Se tuvieron en cuenta tres variables de recuperación de testosterona después de 24 meses del cese de la terapia, el retorno de nivel sin castración, el retorno a la normalidad y el retorno al nivel de referencia. Para poder llevarlo a cabo se incluyeron a 307 pacientes de una media de edad de 65 años. La duración de la terapia de privación de andrógenos fue de entre 17 y 25 meses y la mediana de seguimiento del tratamiento fue de 31 ± 35 meses.
Los valores medios de retorno al nivel de castración fueron de 379 ng / dL al inicio del estudio y 321 ng / dL a> 24 meses. A los dos años del cese del tratamiento, el 8 por ciento de los hombres mantuvo el nivel de castración y el 76 por ciento volvió a los niveles sin castración. El 51 por ciento de los participantes tuvieron un retorno al nivel de referencia. Por otro lado, los niveles de testosterona basal más bajos y la duración de la terapia de privación de andrógenos superior a los seis meses se asoció con una menor probabilidad de recuperación de los valores normales de testosterona a los 24 meses. Finalmente la edad, concretamente los pacientes con más de 65 años y tratados durante más de seis meses, tuvieron una recuperación de testosterona más lenta.
Los expertos señalan que la recuperación de los niveles de testosterona tras la terapia de privación de andrógenos no es segura. Ademas explican que los efectos secundarios tambien deben ser valorados y hablados claramente con los pacientes antes de iniciar las terapias.
Según el estudio la edad y el tiempo de la terapia son claves a la hora de recuperar los niveles de testosterona, cuanto mayor sea el paciente mas lenta es la recuperación. En ese sentido, una cuarta parte de los pacientes no normalizaron estos niveles de testosterona basal y una decima parte permanecieron con los niveles de castración a los dos años tras la finalización del tratamiento.
El estudio ha sido publicado en The Journal of Sexual Medicine y si deseas ampliar información puedes hacerlo en el siguiente link:
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Equipo ICUA