El verano trae consigo, en muchas de las ocasiones, descontrol con los horarios de las comidas y con la propia alimentación en sí. Es por ello que las personas con cálculos renales, aunque se salgan de las rutinas, deben llevar un cierto control y evitar o restringir el consumo de determinados alimentos para así evitar tener algún que otro susto.
Los cálculos están formados por diferentes materiales por lo que la restricción alimentaria se debe realizar dependiendo de las indicaciones del especialista. Aun así no se trata de abandonar costumbres tan típicas como el “tapeo”. Simplemente se trata, por ejemplo, de evitar alimentos con alto contenido en sodio como embutidos o patatas. Si moderamos su consumo evitaremos la formación de los molestos cálculos. Además de esta recomendación, también debemos controlar la ingesta de alimentos con mucha vitamina C como los cítricos, las fresas, piña, guayaba, papaya y fresas. En cuanto a las verduras, esta vitamina se encuentra en gran cantidad en los pimientos, el brécol, coliflor, tomate o coles de Bruselas.
Por otro lado, también se deben evitar alimentos con gran cantidad de oxalato como la remolacha, espinacas, acelgas, frutos secos y el cacao entre otros.
Finalmente y cuando llegue la hora del café o el licor, mejor será que los sustituyamos por otras bebidas igual de satisfactorias pero más sanas. Se deben evitar bebidas que favorezcan, como el café a una pérdida de líquido más rápida.
Si deseas conocer más sobre los cálculos renales y su tratamiento, puedes descubrirlo en el enlace de nuestra web.
Equipo ICUA