Inyección de pequeñas dosis de toxina botulínica (Botox) en diferentes puntos de la vejiga urinaria. El efecto paralizante muscular del botox resulta muy útil en algunos casos de incontinencia urinaria o vejiga neurógena.
En los casos de incontinencia urinaria de urgencia o vejiga hiperactiva, que no responden a tratamiento farmacológico, se puede aplicar una inyección intravesical de toxina botulínica (Botox ®). Este tratamiento se utiliza también en casos de incontinencia urinaria secundarios a vejiga neurógena por trastornos neurológicos (esclerosis múltiple, lesiones medulares, etc).
La toxina botulínica inhibe las contracciones musculares involuntarias de la vejiga (detrusor) y así consigue su efecto de evitar pérdidas de orina inadvertidas.
Es un procedimiento rápido y sencillo, que se puede realizar con una breve anestesia o incluso en las consultas de forma ambulatoria. Los pacientes no requieren de hospitalización y no es necesaria una sonda vesical tras el procedimiento.
Mediante un cistoscopio flexible a través de la uretra y accede al interior de la vejiga, y con una aguja muy fina se inyectan pequeñas dosis en diferentes puntos. La dosis y número de punciones dependerán de la patología de base del paciente.
El efecto de la toxina botulínica se mantiene entre seis y nueve meses tras su administración.