En el seno del Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Medica (ESMO) han presentado los resultados positivos del ensayo clínico en fase 3 del inhibidor de PARP olaparib (Lynparza) en pacientes con cáncer de próstata resistente a la castración metastásico con alteraciones en genes reparadores del daño en el ADN. Según el estudio entre un veinte y un treinta por ciento de los pacientes con cáncer de próstata resistente a castración padecen estas mutaciones del gen DDR por lo que podrían beneficiarse de este inhibidor.
En esta ocasión este ensayo destaca al ser la primera terapia dirigida a unas mutaciones especificas de este tipo de cáncer prostático.
Estos inhibidores de la poli (ADP-ribosa) polimerasa (PARP) son una nueva medicación que actúa impidiendo a las células cancerosas reparar su ADN una vez ha sido dañado por agentes del tratamiento con quimioterapia. Este es el caso de olaparib, ya aprobado por la FDA en el tratamiento del cáncer de mama y ovario con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2. Las mutaciones de estos genes han mostrado ser susceptibles a adquirir otras mutaciones que pueden, a la larga, llegar a convertirse en cáncer. En este sentido las células cancerosas que han perdido los genes reparadores del ADN se convierten en dependientes de la proteína PARP para mantenerse integras. Es por ello que estas células cancerosas con mutaciones son sensibles y vulnerables ante los fármacos inhibidores del PARP.
Ya son muchos los estudios que han mostrado la relación entre la mutación de los genes BRCA1 y BRCA2 con el cáncer prostático, por lo que este inhibidor se ha convertido en una posible diana terapéutica para los pacientes. En este sentido un estudio realizado por la Universidad Thomas Jefferson ha proporcionado evidencias clínicas de que estos inhibidores pueden ser eficaces para frenar la progresión del cáncer de próstata resistente a castración con mutaciones.
Otro estudio, en esta ocasión realizado por el Instituto de Investigación del Cáncer y Royal Marsden NHS Foundation Trust, en Reino Unido, mostro en otro ensayo en fase dos que olaparib tenia actividad antitumoral en pacientes con cáncer de próstata resistente a castración con alteraciones del gen DDR. En este sentido esta terapia según explican se ha convertido en innovadora de la FDA.
En esta ocasión en la sesión presidencial del Congreso ESMO, el Dr. Maha Hussain, del Centro Integral de Cáncer Robert H. Lurie, de la Universidad de Northwestern, ha sido el encargado de presentar los resultados de un ensayo aleatorio en fase 3 PROfound. En este ensayo fueron seleccionados 4425 hombres para detectar alteraciones en el gen DDR en sus tumores y de ellos 387 se inscribieron en el ensayo. En cada cohorte los pacientes fueron asignados al azar. Un grupo para recibir olaparib y el otro para recibir el tratamiento designado por el médico con abiraterona o enzalutamida. Todos los pacientes del ensayo habían sido tratados previamente habían sido tratados con estos dos fármacos y el 66 por ciento de ellos habían recibido con anterioridad quimioterapia con taxano.
Olaparib retrasó el tiempo de progresión de la enfermedad radiográfica y la muerte en comparación con la abiraterona o la enzalutamida, en un promedio de 3,84 meses. En cuanto a las tasas de respuesta en aquellos hombres que tenían sitios metastásicos considerados, el 33,3 por ciento de los hombres que recibió olaparib respondió positivamente frente al 2,3 por ciento de respuesta de los que recibieron abiraterona o enzalutamida. Aquellos que tenían una enfermedad medible en los cohortes mostraron los siguientes resultados de respuesta: un 21,7 por ciento en los que recibieron olaparib y un 4,5 por ciento de los que recibieron abiraterona o enzalutamida.
Olaparib mejoro la supervivencia en general en un promedio de 3,39 meses aunque, según los portavoces, los datos no son suficientes como para determinar que este fármaco mejora a ciencia cierta la supervivencia general. También se pudo mostrar como retrasaba significativamente en un 56 por ciento el tiempo promedio para la progresión del dolor.
En cuanto a los eventos adversos fueron más comunes en pacientes que recibieron olaparib aunque los expertos terminaron considerando que era bien tolerado.
El portavoz del estudio explica que el gen DDR más comúnmente mutado fue el BRCA2 y los pacientes con mutaciones en éste fueron los que más se beneficiaron del tratamiento con olaparib. Si bien es cierto que se destaca la necesidad de realizar más estudios que definan mejor qué mutaciones y en qué genes concretos es más probable que el cáncer de próstata sea sensible al tratamiento con olaparib. Tambien explican que en la actualidad existen otros tres fármacos inhibidores de PARP y que se encuentran en ensayo clínico en fase 3 para el cáncer de próstata y que son rucaparib, talazoparib y niraparib.
Los hallazgos mostrados en este ensayo, explican, podrá cambiar las opciones de tratamiento y crear una medicina más precisa para los pacientes con cáncer de próstata avanzado.
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