Un estudio presentado en el 6º Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET) ha puesto de manifiesto que el retrasplante renal podría ser viable y seguro en pacientes mayores de 65 años.
La investigacion ha sido llevada a cabo por el Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia y explica que es una opción viable especialmente en pacientes que han rechazado el primer injerto. Los resultados expuestos muestran una alta tasa de supervivencia a corto y medio plazo, tanto para el paciente como para el riñón.
Durante los últimos años ha habido un incremento de los pacientes que optan nuevamente a un riñón tras el rechazo del primer órgano. Este hecho es el que ha llevado a estos investigadores a realizar este estudio, para comprobar si estos trasplantes suponen una alternativa real tras el fracaso del injerto en personas de edad avanzada.
El estudio dejó de manifiesto que los resultados de compatibilidad son similares a los de un primer trasplante en este grupo de edad. El fracaso de un trasplante aumenta a medida que avanza la edad del paciente, algo que tambien sucede con la complejidad del retrasplante.
Para llevar a cabo el estudio, se ha contado con los datos de 258 pacientes trasplantados de más de 65 años, desde noviembre de 1996 hasta diciembre de 2019, y se compararon los datos de los pacientes retrasplantados con el resto de receptores. De esta forma se pudieron observar datos como evolución, supervivencia o variables demográficas.
Los resultados finales mostraron que el 7 por ciento de los mayores de 65 años tuvieron que recibir un retrasplante, siendo la principal causa de pérdida del primer injerto un rechazo crónico del órgano con un 60 por ciento. A este motivo le siguió con un 25 por ciento de los rechazos, la trombosis o fallo primario.
El estudio indicó que no existían diferencias significativas por edad o sexo del receptor o del propio riñón y las mayores comorbilidades asociadas al pretrasplante fueron diabetes o hipertensión arterial.
Finalmente, el estudio concluye que la supervivencia en ambos grupos fue similar, teniendo un 94 por ciento de supervivencia al trasplante aquellos que lo recibían por primera vez y de un 93 por ciento los pacientes retrasplantados.