Los más pequeños de la casa no están exentos de sufrir problemas renales, siendo los síntomas parecidos a los de los adultos.
Las enfermedades renales más comunes entre los niños suelen estar presentes desde el nacimiento y son: enfermedad poliquística renal, hidronefrosis fetal, obstrucción urinaria por valvas posteriores de la uretra, acidosis tubular renal, riñón multiquístico, síndrome nefrótico, tumor de Wilms, glomerulonefritis y problemas congénitos del tracto urinario (riñón en herradura y duplicación de los uréteres), reflujo vesicoureteral y pielonefritis.
Aquí los expertos alertan sobre la necesidad de distinguir los síntomas porque a veces, son claros o patentes como por ejemplo sangrado en la orina, y en otras ocasiones se confunden con otras patologías.
En este caso podrían presentarse de forma variada como podría ser un retraso del crecimiento o bien una anemia en el niño. Junto con estos mencionados otros de los indicadores pueden ser fiebre, aumento de la frecuencia de micción, hinchazón en ojos, cara, tobillos y pies, tensión arterial alta, dificultad para controlar la orina y dolor al orinar por lo que conviene que los padres o cuidadores del pequeño estén atentos y acudan al pediatra ante cualquiera de estos síntomas…
¿Las pruebas diagnósticas son iguales que las de los adultos?
La respuesta es afirmativa aunque con ciertas precauciones. Para comenzar el especialista puede recomendar un análisis de orina donde a través del recuento de glóbulos rojos o blancos se pueden detectar inflamación del tracto urinario o bien infección de orina.
La biopsia renal, tal y como ocurre en el caso de los adultos es una opción de diagnóstico que, al ser invasiva, se recomienda cuando se sospecha alguna enfermedad con carácter más grave. Antes de llegar a esta prueba los especialistas suelen recomendar: Radiografías con o sin contraste, ecografías, TAC (tomografía axial computerizada), gammagrafía renal, cistouretrografía retrógrada y miccional.
En cualquier caso los expertos, como cualquier otra enfermedad del niño, recomiendan a los padres acudir a las revisiones pediátricas periódicas y acudir al urólogo o al nefrólogo como especialista cuando los síntomas urinarios sean sospechosos de patología renal.