Son muchos los fármacos que con su consumo continuado pueden dañar órganos como el riñón o hígado. La ultima investigación a este respecto nos llega de Estados Unidos, donde científicos del Hospital de Filadelfia, han determinado que los pacientes, tanto niños como adultos, tratados con antibióticos orales, tienen más posibilidad de desarrollar piedras en el riñón.
La investigación, publicada en Journal of the American Society of Nephrology, explica que el riesgo aumenta en pacientes tratados con estos fármacos de forma temprana. En los últimos treinta años han aumentado en un 70 por ciento los casos de cálculos renales, especialmente en adolescentes y mujeres jóvenes. Se desconoce el origen del aumento pero las investigaciones detallan que los niños tratados con antibióticos padecen tasas más altas que los adultos.
Para elaborar el estudio han analizado las cifras de historias clínicas de Reino Unido y se tuvieron en cuenta los datos de 26.000 pacientes con cálculos renales y de 260.000 pacientes sin esta patología, y se tuvo en cuenta la exposición de los individuos a este fármaco.
Finalmente se descubrió que la sulfamida oral, la cefalosporina, la fluoroquinolona, la nitrofurantoína y la penicilina de amplio espectro, estaban asociadas a un mayor diagnóstico de cálculos renales. En este sentido fueron los adolescentes y los niños los que experimentaron más riesgo en años posteriores tras la medicación.
Los expertos concluyen que con la finalidad de evitar que los cálculos renales se conviertan en una epidemia se deberían cambiar los criterios de prescripción de este tipo de fármacos, que alteran la composición del microbioma humano, y buscar alternativas.
Equipo ICUA