Es cierto que la cistitis tiene una mayor relación con el verano, pero en invierno también somos vulnerables a padecer esta molesta infección.
Con la llegada de las temperaturas nuestro sistema inmunológico se resiente, algo que pasa independientemente del sexo de la persona.
Así como en verano aumentan los casos, el invierno tampoco favorece la prevención de esta patología ya que solemos ingerir menos líquidos y estamos más expuestos a temperaturas bajas y a mayor humedad. Es decir, se juntan dos factores, la disminución de nuestras defensas y la temperatura.
Los mecanismos preventivos frente a esta enfermedad son iguales que los que podemos llevar en verano. Aumento de la ingesta de líquidos, mantener una correcta higiene, evitar el estreñimiento, llevar una dieta rica y variada, evitar ropa apretada o sintética, especialmente si hablamos de ropa interior y lavarnos tras mantener relaciones sexuales.
En cuanto a la tan extendida creencia preventiva del arándano rojo frente a la cistitis, lo cierto es que no se sabe con exactitud cuánta cantidad de este fruto o de sus suplementos hay que tomar para que realmente tenga efectividad. La recomendación de los frutos rojos se debe principalmente a uno de sus componentes, la proantocianidina, a la que se le atribuye la cualidad de evitar que las bacterias se adhieran a las paredes de la vejiga.
Hoy en día sí que existen suplementos con un extra de esta sustancia que podría ayudar en la prevención, aunque como siempre desde ICUA, animamos a los pacientes que tengan cistitis de repetición a acudir al especialista. En algunas ocasiones esta cistitis puede ser derivada de otro problema médico que tan solo se descubrirá con el diagnóstico adecuado.
También hay que mencionar que el paciente no siempre requiere de un antibiótico genérico para tratar la cistitis. Muchas veces desaparecen momentáneamente los síntomas, pero hay una recaída debido a que no se ha tratado al paciente para la bacteria concreta.
Finalmente, en invierno sí que se puede reforzar nuestro sistema inmunológico tomando ciertos alimentos como los cítricos e incluso llegando a tomar probióticos o suplementos que, como la equinacea, tienen evidencias científicas en su uso. Aun así, antes de tomar ningún tipo de suplemento o fármaco, lo mejor será que consultemos a nuestro especialista o farmacéutico para que nos indique qué es lo que nos viene mejor y de qué forma tomarlo.