Según la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra la Enfermedades del Riñón (ALCER) las donaciones y trasplantes renales se han visto reducidas hasta en un 85 por ciento como consecuencia de la crisis sanitaria de la crisis del COVID-19.
Desde la propia asociación explican que los pacientes renales y sus tratamientos se han visto afectados enormemente por lo que ahora, que la situación se ha estabilizado, reconocen la necesidad de tener en cuenta a estos pacientes.
Además señalan que muchos de ellos, por sus patologías, son personas de riesgo frente al coronavirus, teniendo el doble de posibilidades de contraer la enfermedad que el resto de la población sin patologías previas.
La actividad de donación y trasplantes se ha visto reducida hasta en un 85 por ciento y en parte porque los especialistas estaban dedicados a cubrir la crisis en las unidades de cuidados intensivos. Finalmente, explican que esta situación de retroceso durante los últimos meses irá desapareciendo a medida que el virus esté controlado y que de la misma forma el trasplante renal volverá a tener las cifras que tenía hasta antes de la pandemia y que hacían de España un país de referencia en el trasplante de órganos.