Una vez superado el cáncer de testículo, patología que tiene alto índice de recuperación, los pacientes deben superar temores relacionados con su vida sexual y su fertilidad. Es por ello que cada vez se hace más necesario el asesoramiento reproductivo de los pacientes supervivientes del cáncer de próstata.
El reportaje, publicado en Frontiers in endocrinology, muestra cómo se encontró un alto nivel de daño en el ADN de los espermatozoides de pacientes con cáncer testicular en comparación con pacientes- dentro del control- sanos y fértiles.
Las alteraciones del ADN del esperma de los pacientes tras un tratamiento oncológico persisten entre dos y cinco años y además pueden verse afectados de forma diferente dependiendo del tipo de terapia y la etapa de la enfermedad en la que se encuentren. Los estudios de población informaron de una fertilidad general ligeramente reducida de los supervivientes de cáncer de testículos y un uso más frecuente de técnicas de reproducción asistida que la población general, con una tasa de éxito de alrededor de un cincuenta por ciento.
La paternidad después del diagnóstico de cáncer de testículo es un problema evidente que supone una merma en la calidad de vida del paciente. La inestabilidad de la cromatina de esperma asociada a los cambios del genoma son efectos secundarios relacionados con la malignidad del tumor y con el tratamiento.
Estas secuelas son las que promueven cada vez más investigaciones para identificar el tiempo necesario para que las líneas de células germinales reparen el daño celular y por tanto se produzcan gametos con un riesgo reducido para la fertilidad y con ello para la descendencia del paciente.
Si deseas conocer el artículo original publicado en Urotoday, puedes hacerlo mediante el siguiente enlace:
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Equipo ICUA