Indudable es que la disfunción eréctil afecta a la calidad de vida del paciente y de la propia pareja. Problemas psicosociales, disminución de la productividad laboral y en definitiva una pérdida de bienestar.
Un estudio realizado por la Universidad de Toronto, en Canadá, en conjunto con otros centros estadounidenses, ha revisado la literatura publicada en los últimos veinte años, una literatura especializada en evaluar el impacto de la disfunción eréctil en la calidad de vida de la pareja y el impacto económico que esta patología puede tener en los empleadores.
Fueron seleccionados veinte estudios para la revisión y se pudo comprobar que los hombres con disfunción eréctil tenían una peor calidad de vida. Los resultados de un estudio de carga global de enfermedad mostraron que los hombres con disfunción eréctil informan puntuaciones de resumen del componente físico y mental SF-36 y puntuaciones de SF-6D sustancialmente más bajas en comparación con los hombres sin disfunción eréctil (p <0,001).
La pareja también es uno de los grandes afectados por esta patología como consecuencia de las dificultades en la relacion y la disminución de la satisfacción sexual. El estudio mostró que la mujer estaba menos satisfecha y que iniciaban las relaciones sexuales con menor frecuencia.
Finalmente para los empleadores la disfunción eréctil supone una carga sustancial. Un estudio observacional en hombres entre los 40 y 70 años mostró que los que tenían disfunción eréctil se ausentaban de su trabajo el doble de veces que aquellos que no tenían este problema. Además su rendimiento y productividad también se vio afectado. En general la revisión anima a fomentar un mayor acceso a los tratamientos para aliviar la carga psicológica, física y económica que supone esta enfermedad.
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