El ámbito de la fertilidad se encuentra del todo feminizado, siendo habitual achacar los problemas reproductivos de la pareja a la mujer y por tanto requiriendo un mayor trabajo de ésta. Por el contrario, las contribuciones procreativas de los hombres se representan como no problemáticas, presuponiendo que los hombres siempre son fértiles a lo largo de toda su vida.
Las investigaciones de los últimos años y más recientes ponen en duda que esta afirmación de la fertilidad de los hombres sea cierta y va más allá relacionando el estilo de vida del hombre con su fertilidad. Es por ello que se indica que, tanto la fertilidad del hombre como la de la mujer, se pueden mejorar con esfuerzo con cambios culturales y políticos. Además, se indica la importancia de cambiar los mensajes de salud y la creación de proyectos que fomenten los cambios en el estilo de vida.
El análisis realizado por varios centros como el Centre for Health Promotion Research o la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de Leeds Beckett, en Reino Unido, indica que el trabajo en el estilo de vida se considera crucial para lograr la concepción en la pareja. Finalmente intenta mostrar la necesidad del compromiso de los hombres con la meta, que es la paternidad, así como cambiar las nociones previas de lo que se considera “masculinidad reproductiva”.
Tal y como indicamos al comienzo del artículo, los problemas de fertilidad de la pareja pueden ser, tanto de la mujer como del hombre. Es por ello que en caso de que la pareja lleve tiempo intentando la concepción sin lograr su objetivo, lo fundamental será acudir al especialista, que determinará el origen del problema y pondrá el tratamiento adecuado.
Si deseas conocer este análisis más en profundidad, puedes hacerlo mediante el siguiente enlace:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/
Equipo ICUA