La hiperplasia benigna de próstata afecta a una gran proporción de hombres a medida que envejecen y, según un estudio publicado en la revista Lancet, alrededor de 210 millones de hombres padecen esta patología. En nuestro país, la prevalencia es alta y, según la Asociación Española de Urología, el 50 por ciento de los hombres mayores de 50 años presentan síntomas de esta enfermedad, lo que se traduce en casi 4 millones de españoles.
Este agrandamiento de la próstata tiene diversos síntomas, como dificultad para iniciar la micción, urgencia urinaria, incapacidad para vaciar la vejiga por completo o dolor durante la micción, entre otros problemas. Los síntomas pueden llegar a ser muy molestos para los hombres, quienes ven su calidad de vida muy afectada, especialmente cuando la enfermedad está muy avanzada. A pesar de estas molestias, la hiperplasia benigna de próstata por sí sola no es mortal, pero las complicaciones derivadas de no tratarla adecuadamente pueden tener serias repercusiones en la salud.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de no tratar la hiperplasia benigna de próstata?
Aunque la hiperplasia benigna de próstata no es un tipo de cáncer y no es mortal, ignorar sus síntomas y no buscar tratamiento puede llevar a complicaciones graves:
- Infecciones: La incapacidad para vaciar completamente la vejiga puede aumentar el riesgo de infecciones.
- Daño renal: La presión acumulada en la vejiga puede perjudicar los riñones.
- Cálculos vesicales: La orina residual en la vejiga puede cristalizar y formar cálculos.
- Retención urinaria aguda: Incapacidad para orinar, que debe ser intervenida de forma rápida.
- Hematuria: Sangre en la orina debido al aumento de presión y a la dilatación de los vasos sanguíneos en la vejiga.
Como conclusión, los expertos son claros: la hiperplasia benigna de próstata, tal y como hemos descrito, no es mortal. Aun así, es crucial que los hombres que experimentan síntomas de hiperplasia benigna de próstata busquen atención médica para evitar problemas más graves. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida y prevenir complicaciones potencialmente severas.