Un estudio publicado en la revista JACC: CardioOncology ha mostrado como la terapia de privación de andrógenos puede afectar a la capacidad cardiorrespiratoria de los pacientes, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Según el estudio las enfermedades cardiovasculares son una de las causas más comunes de muerte en pacientes tratados de cáncer de próstata.
El uso continuado de la terapia de privación de andrógenos está siendo estudiado por su posible asociación a la mortalidad por enfermedad cardiovascular. Los autores del estudio analizaron a 616 pacientes de un solo centro. Para llevarlo a cabo les sometieron a una prueba de ejercicio en cinta rodante por indicaciones médicas durante una media de 4,8 años tras el diagnóstico del cáncer de próstata.
Se tuvieron en cuenta datos demográficos del paciente, indicadores de la prueba en cinta rodante, historial médico y los medicamentos que estaba tomando en el momento de las pruebas.
También se analizaron los tratamientos utilizados antes y después de la cinta rodante del paciente, especialmente la terapia de privación de andrógenos y la duración de la exposición de la terapia antes de someterse a la cinta de correr. La exposición a la terapia se clasificó en dos tramos: corto plazo (menor e igual a seis meses) y prolongada (más de seis meses).
150 pacientes recibieron terapia de privación de andrógenos antes de la cinta y de ellos 51 pacientes estuvieron expuestos a esta terapia de forma prolongada (más de seis meses).
De todos los participantes, 504 tenían dos o más factores de riesgo cardiovascular. La mayor parte de los pacientes con exposición prolongada a la terapia de privación de andrógenos, un 92 por ciento, tenían dos o más factores de riesgo cardiovascular.
La tasa de IRC reducida fue considerablemente mayor entre los pacientes con exposición a TPA en comparación con aquellos sin tratamiento (48,7% versus 32,6%). La exposición prolongada a TPA se relacionó significativamente con una reducción del CRF. La exposición prolongada a TPA se asoció con un riesgo ajustado casi cuatro veces mayor de mortalidad cardiovascular.
Según los especialistas, los pacientes tienen más riesgo cardiovascular cuanto más prolongada es la exposición a la terapia de privación de andrógenos. Es por ello que aunque esta terapia sea eficaz para el tratamiento del cáncer de próstata, los expertos señalan la necesidad de contemplar y llevar un control de las enfermedades cardiovasculares en estos pacientes.