La prueba del virus del papiloma humano sirve para determinar la infección por este virus que en la mujer puede favorecer el desarrollo de cáncer de cérvix, verrugas genitales (condilomas acuminados) o células cervicales anormales. En el hombre, las variantes de este virus pueden favorecer la aparición de verrugas genitales, cáncer de pene y cáncer de ano.
Suele ser un virus potencialmente más peligroso para la mujer por lo que en las revisiones ginecológicas de rutina se realizan citologías rutinarias con la finalidad de encontrar células escamosas atípicas, un signo de sospecha de infección por este virus.
La infección por HPV puede ser asintomática, por lo que el hombre puede transmitirlo a la mujer sin tener síntomas y viceversa.
Su detección en el hombre se lleva a cabo en el laboratorio mediante un test de PCR para VPH, una prueba que identifica el ADN del virus del papiloma.
Tras hacer una revisión exhaustiva en consulta en la que se revisa prepucio, frenillo, glande, pubis, escroto, pliegues inguinales y el meato urinario para buscar cualquier tipo de condiloma o verruga, se realiza la toma de muestras frotando un bastoncillo o torunda en la mucosa genital del hombre. A continuación, se analiza torunda mediante PCR para detectar la presencia del virus.
Los resultados del laboratorio tardan de diez a quince días.