La flujometría o uroflujometría es una prueba diagnóstica que se realiza en la consulta en pacientes que presentan problemas para orinar. También se suele hacer de rutina a los pacientes que solicitan un chequeo de la próstata para ver si se orina bien o si el chorro ha perdido fuerza.
El flujo urinario se define como la la cantidad de volumen miccional (orina) eliminada por unidad de tiempo. Se expresa en centímetros cúbicos o mililitros orinados por segundo. El flujo miccional no es constante, sino que varía a lo largo de la micción, dando lugar a unas curvas de flujo características. Cuando se realiza esta prueba se mide la cantidad de orina que la vejiga del paciente es capaz de orinar por segundo, la duración de la micción y se observa si se producen cortes en la micción.
Tras la flujometría es importante medir el residuo de orina que ha quedado en la vejiga, es decir, la cantidad de orina que queda en la vejiga tras terminar la micción. Generalmente se realiza una estimación del residuo postmiccional con ecografía.
Los principales parámetros que se miden en la flujometría son:
- El flujo máximo (Qmax): valor máximo alcanzado por el flujo urinario durante la micción.
- El volumen miccional: Cantidad total de orina eliminada.
- El tiempo de flujo: Es la duración total de la micción.
- El tiempo de micción: Tiempo transcurrido desde que el paciente inicia la micción hasta que finaliza. Este tiempo coincide con el tiempo de flujo siempre que no haya interrupción del chorro miccional.
- El flujo medio: Se obtiene al dividir el volumen miccional por el tiempo de flujo.
El procedimiento para realizar una flujometría es muy simple: El paciente tiene que orinar en un dispositivo de medida de la fuerza del chorro miccional, en un ambiente tranquilo. Tendrá todo el tiempo que necesite para orinar, lo hará en intimidad y sin interrupciones. El resultado de esta prueba se imprime en forma de gráfico con los valores de los parámetros mencionados anteriormente.