La incontinencia urinaria es una patología que provoca molestias físicas y psicológicas al paciente. La época estival es especialmente incómoda para estos pacientes ya que suelen aumentar la intensidad de las pérdidas y la frecuencia con la que se va al servicio.
Si a esto le sumamos el aumento de la temperatura y que estamos más expuestos a la humedad pues cabe la posibilidad de que tengamos otros problemas como las tan molestas infecciones de orina, que afectan especialmente a las mujeres.
En las mujeres con incontinencia urinaria el riesgo de padecer infecciones urinarias es mayor que en aquellas que no tienen este problema. Esto se debe a que como consecuencia de las pérdidas de orina, tanto el ph como la flora bacteriana de la vagina se encuentran alterados o descompensados. Este perfil de paciente es el que en verano debe tener especial cuidado y seguir unas pautas sencillas con la finalidad de evitar males mayores. Esas pautas son las siguientes:
-Ayuda del especialista: Parece una pauta muy obvia pero muchos pacientes por tabú, vergüenza o temor al diagnóstico no acuden al especialista cuando experimentan pérdidas de orina. De esta forma se acostumbran a “vivir” de forma incómoda con esta patología que podría tener una solución o tratamiento con una sencilla visita al médico. En este sentido, en caso de que se necesiten absorbentes, el experto puede recomendar aquel que se ajuste mejor al estilo de vida del paciente.
-Prendas de vestir: los expertos recomiendan a estos pacientes escoger tejidos naturales que favorezca la transpiración y así evitar la acumulación de humedad. En cuanto a las prendas de baño, se recomienda cambiar la mojada por una muda seca para evitar un mayor riesgo de cistitis.
-Aire acondicionado: Es recomendable que no estén por debajo de los 21 grados y que además
-Alimentación: Llevar una dieta saludable que incluya fruta y verdura y en la que se eviten alimentos o bebidas irritantes como el café o alcohol es indispensable. También se recomienda estar siempre hidratados y no abusar de aquellos alimentos con alto contenido en agua como las frutas veraniegas, especialmente en horas cercanas al sueño.
-Ejercicio: Hacer ejercicio es doblemente positivo, por un lado nos permite mantener nuestro suelo pélvico en forma y, por otro, nos ayuda a tener un normopeso, lo que evita la presión excesiva sobre la vejiga y con ello las pérdidas de orina. Ahora bien, se recomienda no abusar de ejercicios bruscos y de los abdominales, especialmente si no los hacemos de una forma adecuada.