Una investigación llevada a cabo por el Instituto de Cáncer Dana-Farber, en Estados Unidos, han mostrado como el fármaco MK-6482 podría frenar el desarrollo del cáncer renal.
El MK-6482 es un conductor molecular fundamental en la enfermedad metastásica y logra un 24 por ciento de respuesta en aquellos pacientes a los que se les administra. Este fármaco actúa sobre el factor inductor de la hipoxia (HIF) 2-a, un factor que promueve el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos que alimentan a los tumores renales y con ello favorecen su desarrollo.
El estudio publicado en Journal of Clinical Oncology contó con la participación de 55 pacientes con cáncer de riñón avanzado y que habían recibido al menos tres tratamientos antes del estudio. De entre ellos, 44 fueron hombres y la media de edad de los participantes fue de 62 años. Se les realizó un seguimiento de trece meses y la tasa de respuesta fue del 24 por ciento en general. Finalmente, la contracción del tumor se produjo en 38 de los 55 pacientes (69 por ciento).
Según los expertos el fármaco se dirige al mecanismo que detecta los niveles de oxígeno del cuerpo y que activa los genes que permiten al cuerpo a adaptarse a la hipoxia. Con esta reacción se producen más glóbulos rojos y se forman nuevos vasos sanguíneos. Es por ello que al actuar en este mecanismo podría frenar el desarrollo de los vasos sanguíneos y con ello de la metástasis. Finalmente explican que su uso podría ser prometedor incluso en pacientes que han recibido tratamientos previamente sin obtener resultados positivos.
Equipo ICUA