Las personas que poseen vejiga hipoactiva son aquellas a las que su cuerpo no avisa de cuándo está llena. Por lo general esta patología se trata de un trastorno de los nervios de la vejiga. En estos caso la vejiga no logra vaciarse por un trastorno de conexión entre el cerebro, médula o los nervios que conectan con la vejiga y el control de su vaciado. En estos casos el organismo no siente que la vejiga está llena y que es el momento de vaciarla por lo que se produce una diminución de la frecuencia de la necesidad de orinar. Además provoca pérdidas de orina e infecciones, por lo que se hace necesario su tratamiento para mejorar las condiciones de vida del paciente.
La vejiga hiperactiva, por su mayor incidencia o prevalencia, posee más protagonismo y conocimiento por parte de la población. Sin embargo, ambas patologías son igual de preocupantes y similares en cuanto a la limitación diaria que suponen para el paciente.
La vejiga neurógena tiene solución, siempre que el diagnóstico sea el adecuado y realizado por un especialista. Una vez hecho este diagnóstico, el especialista puede recomendar tratamiento farmacológico, ejercicios de Kegel, toxina botulínica, sondaje del paciente, entre otros menos invasivos, o bien la opción quirúrgica como implantación de neuroestimulador, la malla urológica o bien la implantación de un esfínter artificial entre otras medidas.
Equipo ICUA