Los receptores de andrógenos tienen un papel fundamental en el desarrollo y la progresión del cáncer prostático. Los diferentes estudios realizados desde los años noventa han intentado establecer la relación entre los trabajos nocturnos y la aparición de cáncer de próstata, por ejemplo entre los pilotos de aviación y diferentes trabajadores en el turno de noche, comparándolos con aquellos que desempeñaban la misma labor pero durante el día.
En los diversos estudios se ha llegado a la conclusión de que la desregulación del ritmo circadiano, reloj interno del cuerpo, hace que estos grupos sean de alto riesgo a la hora de desarrollar ciertas enfermedades. De esta forma este descontrol horario afecta a los niveles de andrógenos y permite un desarrollo del cáncer más rápido. Además los diferentes estudios señalan que este perfil de pacientes se convierten en más resistentes a los tratamientos y a las diferentes terapias.
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Equipo ICUA
