La vida sexual de los pacientes oncológicos sufre una sacudida innegable con los diferentes tratamientos a los que se ven sometidos para luchar contra la enfermedad. En el caso de los pacientes con un cáncer urológico, la cosa se complica aun más debido a que una de las consecuencias de la propia patología, independientemente del tratamiento, suele ser algún problema de índole sexual.
Son muchos los estudios e investigaciones que se han hecho para evaluar las consecuencias físicas y psicológicas de la enfermedad y los tratamientos para los pacientes. Uno de estos últimos ha sido publicado en Endocrine-related cancer el pasado mes de marzo y llevado a cabo por expertos de la Universidad de Módena.
Según las estadísticas que muestran los expertos, entre el 40 y 110 por ciento de los pacientes con cáncer padecen algún tipo de disfunción sexual. Explican que el cáncer y la disfunción eréctil están íntimamente ligadas por muchas razones como por ejemplo el factor psicológico o lo que es llamado por los expertos como síndrome de Damocles, un problema que padecen los pacientes oncológicos al tener que convivir con la disfunción. Otro de los problemas que presentan estos pacientes es que las terapias o tratamientos suelen afectar de manera directa o indirecta a la vida sexual. Por ejemplo, en la cirugía pélvica el abordaje daña el eje hipotálamo-pituitario-gonadal y con ello se daña la autoimagen que tiene el paciente de sí mismo, un hecho que contribuye a la disfunción.
En la revisión, los expertos comentan que las cuestiones sexuales están desatendidas en el ámbito oncológico debido a la escasez de información que se ofrece a los pacientes. Es por ello que se ha creado una rama médica denominada oncosexología, con la finalidad de atender de una mejor forma a los pacientes y que los expertos puedan explicar los problemas que puede plantear el tratamiento y darles diferentes soluciones.
La oncosexología surge a finales de los años 90 de la mano de Woet Gianotten, un ginecólogo y sexólogo de Países Bajos. Este profesor universitario se dio cuenta de la poca visibilidad que tenían los problemas sexuales en el área de la oncología y en el abordaje de la enfermedad. Han pasado treinta años desde y en la actualidad la oncosexología atiende la afectación de la enfermedad, la atención de los problemas del paciente y la rehabilitación y recuperación de la vida sexual.
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Finalmente, en cuanto a la urología, los avances técnicos tales como la cirugía robótica han permitido que los pacientes recuperen la función sexual tras la intervención quirúrgica, una de sus grandes ventajas frente a la cirugía abierta.
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