Consiste en ligar las varices testiculares o varicocele, a través de un pequeño corte en la ingle. Se suele realizar en los casos en los que el paciente presenta dolor testicular o disminución de la fertilidad.
En los casos en los que el varicocele requiera de tratamiento, cosa que no siempre ocurre, la varicocelectomía es la cirugía que se indica ya que es el tratamiento que posee las tasas de éxito más elevadas.
Esta intervención se realiza bajo anestesia local o general y requiere de un ingreso hospitalario de pocas horas. El propósito principal de esta técnica es interrumpir el flujo por las venas afectadas y que la sangre sea redirigida hacia las venas normales.
Se realizará una incisión pequeña en la ingle o debajo de la misma (inguinal o subinguinal) para encontrar la vena o venas afectadas en el cordón espermático. Estas venas serán ligadas con suturas muy finas y seccionadas. Posteriormente se cierra la herida y la cirugía se da por terminada. Los pacientes son dados de alta el mismo día de la cirugía, tras la recuperación postanestésica correspondiente.
La mayoría de pacientes se reincorpora a sus actividades cotidianas y laborales tras 48 horas de reposo relativo y para mejorar esta recuperación son prescritos analgésicos y antiinflamatorios.
Tras un tiempo prudente de, entre tres y cuatro semanas, el paciente puede volver a realizar ejercicio, esfuerzos físicos y mantener relaciones sexuales. Las posibles complicaciones son muy poco frecuentes, incluyen acumulación de líquido alrededor del testículo (hidrocele), recurrencia del varicocele, infección, o daños en una de las arterias.