- El Dr. Fernando Gómez Sancha, director del Instituto de Cirugía urológica avanzada (ICUA) analiza los pros y contras de esta prueba diagnóstica del cáncer de próstata tomando como base las pautas marcadas en el congreso mundial de Cáncer de Próstata
- Su evidencia como prueba diagnóstica se cobra especial relevancia entre los varones con edades comprendidas entre los 55 y 69 años.
- El paciente debe estar informado en todo momento de lo que implica la realización de esta prueba diagnóstic
Mucha controversia ha habido en los últimos tiempos sobre la utilización de la prueba del PSA para el diagnóstico precoz del cáncer de próstata. Recientemente la US Preventive Services Taskforce (USPSTF) llegó a recomendar su abandono aludiendo que su uso favorecía el sobrediagnóstico y el sobretratamiento de este cáncer. Las sociedades urológicas Europea y Americana reaccionaron defendiendo su uso pero con ciertas diferencias sobre cómo utilizarlo. Precisamente y por ello durante el pasado congreso mundial sobre esta enfermedad, celebrado en agosto en Melbourne (Australia) un grupo de expertos mundiales ha propuesto un consenso sobre cómo se debe utilizar esta prueba diagnóstica.
Este documento marca 5 pautas principales: recomienda el uso del PSA en hombres de entre 50 y 69 años. Resalta que el diagnóstico de cáncer de próstata no siempre debe seguirse de tratamiento, ya que determinados tipos de este cáncer no lo precisan. Explican que el PSA no debe usarse por si solo para recomendar la realización de una biopsia de próstata, sino teniendo en cuenta otros muchos factores como el resultado de un tacto rectal, el volumen prostático, la historia familiar, la raza y recomiendan utilizar modelos de predicción de riesgo. Recomiendan realizar una única determinación de PSA a los 40 años para predecir el riesgo futuro de cáncer de próstata y finalmente afirman que no se debe negar esta prueba a los hombres mayores basándose en su edad, sino en su esperanza de vida.
De esta forma el Dr. Fernando Gómez Sancha explica: “Este consenso era muy necesario porque se había creado mucha confusión. Se ha demostrado que la determinación de PSA en hombres entre 50 y 69 años reduce el riesgo de cáncer con metástasis en hasta un 30 por ciento y que la mortalidad se reduce en un 21 por ciento”. “El PSA es aún la mejor herramienta de diagnóstico precoz que tenemos para diagnosticar el cáncer de próstata y no se puede abandonar”.
En cuanto a la recomendación de desconectar el diagnóstico del tratamiento automático, el director de ICUA comenta: “Hasta hace poco el diagnóstico de un cáncer de próstata implicaba que el paciente recibía automáticamente tratamientos agresivos. Hoy sabemos que algunos tipos de cáncer no precisan tratamiento porque se comportan biológicamente como tumores benignos, o tienen un crecimiento tan lento que no va a acortar la vida del paciente, en estos casos hoy en día se recomienda hacer seguimiento. El PSA es útil para detectar estos tumores y poder vigilarlos, lo que era un error no era hacer el PSA en estos pacientes, sino tratar agresivamente tumores que no lo precisaban”
La cuarta conclusión del congreso aborda la realización de la prueba en hombres de 40 años como medida preventiva. El Dr. Gómez Sancha coincide en recomendar la prueba a este target: “Puede ser muy relevante para descubrir cuáles de ellos podrán desarrollar un cáncer agresivo en un futuro. Aquellos con PSA más elevado a esta edad tienen más riesgo de desarrollar un cáncer de próstata en el futuro y debemos vigilarles más estrechamente”.
La última conclusión de este consenso es la que se refiere a los hombres mayores de 70 años. En este sentido, el especialista señala: “Hoy en día no se puede dejar de realizar drásticamente esta prueba a todos los hombres a partir de los 70 como se ha recomendado. Muchos hombres con 70 años tienen una edad biológica muy inferior y una esperanza de vida larga. En ellos el PSA puede ayudar a detectar cánceres más agresivos que pueden beneficiarse del diagnóstico precoz de la enfermedad”.
Finalmente, esta revisión del uso correcto del PSA quiere hacer hincapié en la comunicación entre paciente y especialista, tanto para abordar la conveniencia del diagnóstico precoz como para escoger la vigilancia o el tratamiento que más se adecúe a las necesidades del enfermo.