La terapia de privación de andrógenos empleada y recomendada en uno de cada dos hombres con cáncer de próstata tras el diagnóstico, tiene efectos secundarios como la pérdida de masa ósea del paciente.
Una investigación realizada en Estados Unidos y publicada en la revista Annals of Internal Medicina, ha revisado treinta estudios para evaluar las terapias que previenen fracturas y mejoran la densidad ósea en los pacientes que recibían terapia de privación de andrógenos.
El estudio concluyo que los pacientes que recibieron bifosfonatos, mejoraron su densidad ósea aunque no se comprobó que este tratamiento fuera efectivo para prevenir fracturas. Por otro lado, sí que pudieron comprobar que el denosumab reducía el riesgo de roturas óseas.
Con la investigacón se mostró que estos dos fármacos podrían ser un complemento útil para aquellos pacientes que reciban esta terapia contra el cáncer de próstata.
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Equipo ICUA